Una tarde de enero de 1796, mientras Cocky se rascaba la barriga en un nido en lo alto de un eucalipto de Wollongong, un granjero con aliento a tabaco y ajo trepó a una rama y sonrió. William siempre había querido una cacatúa.
Cocky vivió en la granja de William dos años, hasta que éste murió de viruela y la pobre cacatúa, enjaulada, pasó a ser propiedad del joven Capitán Ellis.
Cocky era una cacatúa macho de moño amarillo (Cacatua Galerita) con suerte. Porque a pesar de vivir en una jaula, no se mareaba en alta mar y pudo viajar en barco con su dueño y dar la vuelta al mundo siete veces por lo menos. Así pasó los primeros 78 años de su vida el afortunado Cocky, conociendo mundo. Continue reading