Pues sí. Ya llevo doce días sin escribir una sola palabra en Highway to Oz, pero es que primero tengo que preñarme con alguna idea peregrina, luego gestarla, después parirla y, por último, tratar de darle forma cual moco o plastilina.
Esta vez, el protagonista de mi artículo es el gran Michael Leunig, dibujante de cómics y poeta engendrado, gestado, parido y criado en Australia en 1945.
Nacido al este de Melbourne, en la localidad de Footscray (estado de Victoria), el dibujante publicó sus primeras tiras cómicas en 1960, cuando todavía era un púber efervescente. Después lo llamaron para que se fuera de rositas a la guerra del Vietnam, pero aquello de liquidar gente desconocida no le hacía mucha gracia y se hizo objetor de conciencia.
A principios de los 70, sus “cartoons” empezaron a publicarse en distintas revistas satíricas de la época y ya en los 90 era una figura consagrada. Hoy en día, Leunig es tan conocido en Oz como desconocido en el resto del mundo: en 1999 fue declarado “Australian Living Treasure”, algo así como “Reliquia Viviente Australiana” (como diría mi amigo Riverol parafrásticamente: It’s a strange world). Hoy, las tiras cómicas de Michael Leunig se han vuelto aún más políticas y filosóficas, si cabe.
El estilo de Leunig es de lo más entrañable: acuarela casi siempre en blanco y negro, líneas simples y temblorosas, angelitos y hombres pequeñitos de narices redondas y grandes ojos, tazas de té y patos por doquier. A pesar de la apariencia del dibujo, sus tiras no son nada inocentes.
La primera vez que descubrí la obra de Leunig fue en el pueblo de Daylesford y después en Bruthen, no muy lejos de su ciudad natal. Aquí todo el mundo parece tener al menos un libro del autor en sus casas y alguna que otra tira cómica pegada con un imán a la puerta de la nevera. A mí me parece inspirador, agudo, genial. Y por eso le dedico esta entrada.
Es este señor el de los dibujitos del videoclip de Moby? (si, como si solo tuviese no, es que no me acuerdo del titulo de la canción, el album creo que es 18?… se parecen mucho)