Seis: Esquiando en Ohau.
Quién me iba a decir que después de haberme enfundado en aquel traje espacial y aquellas botas aerodinámicas lo único que iba a hacer era simple y llanamente esquiar (bueno, llanamente no).Y además pasármelo bien, que es lo que sucedió aquel jueves de julio varios metros por encima del lago Ohau y su precioso volcán. Alexis tuvo paciencia y yo me lo pasé muy bien tratando de mantener el equilibrio en aquellos esquís. Y disfruté de las vistas como si de pronto me encontrara en el espacio exterior, observando un paisaje marciano desde mi nave, con mi traje espacial y mis botas aerodinámicas.
Dos o tres horas después, estuvimos hablando en español con Yulia, una de las encargadas de la pista: una rusa de Siberia residente en Andorra.