Cocky Bennet

imageUna tarde de enero de 1796, mientras Cocky se rascaba la barriga en un nido en lo alto de un eucalipto de Wollongong, un granjero con aliento a tabaco y ajo trepó a una rama y sonrió. William siempre había querido una cacatúa.
Cocky vivió en la granja de William dos años, hasta que éste murió de viruela y la pobre cacatúa, enjaulada, pasó a ser propiedad del joven Capitán Ellis.

Cocky era una cacatúa macho de moño amarillo (Cacatua Galerita) con suerte. Porque a pesar de vivir en una jaula, no se mareaba en alta mar y pudo viajar en barco con su dueño y dar la vuelta al mundo siete veces por lo menos. Así pasó los primeros 78 años de su vida el afortunado Cocky, conociendo mundo.
Cuando el Capitán Ellis estiró la pata, su sobrina vendió el ave al Sr. y la Sra. Bowden, que siempre quisieron hijos pero no podían tenerlos. Poco después de la muerte del Sr. Bowden en 1889, la señora Bowden se casó con Charles Bennet y en 1891 se mudaron con Cocky a Tom Ugly’s Point, en Blakehurst, un barrio al sur de Sídney. Allí, el señor Bennet se convirtió en el propietario del Sea Breeze Hotel y Cocky en su atracción principal durante los últimos veinticinco años de su vida. Pero a medida que se hacía vieja, la cacatúa empezó a perder sus plumas y el pico se le deformó. Más tarde, se descubriría que Cocky padecía una enfermedad llamada “enfermedad del pico y las plumas de los psitaciformes”, que es un virus que anda entre los loros y cacatúas. Así que, en poco tiempo, Cocky acabó pareciéndose a un pollo desplumado listo para hervir y mechar, pero como era muy afortunado, la señora Bennet lo cuidó bien y lo alimentó a base de papilla, ya que con el pico que tenía ya no podía comer frutos secos. De esta guisa, casi sin plumas y con un pico descomunal, Cocky recibía a los clientes del hotel dando volteretas en su jaula. Y además aprendió a hablar inglés. Sus frases más famosas eran “con una pluma más podría volar” (one feather more and I’ll fly) y “¡por favor, señores, de uno en uno!” (one at a time, gentlemen, please!), ésta última cuando lo acosaban otros pájaros.

Cocky Bennet fue una cacatúa muy sociable y parlanchina (¿no son todas así?), sobre todo cuando se plimplaba “un sorbito de licor”, según sus últimos dueños. Y fue así hasta el día en que murió, el 25 de mayo de 1916. Luego fue disecado y más tarde, un grupo de científicos locos averiguó su edad contando los anillos de su larguísimo pico (lo mismo que se hace para saber la edad de los árboles). Durante los años 20 y 30 del siglo XX, permaneció expuesto en una vitrina en el hotel en el que murió. Después, pasó a presidir la pared del comedor de los descendientes de los Bennet y por último, alguien se cansó de aquel horror embalsamado y lo cedió en los años 70 al museo de la Kogarah Historical Society en Sídney.

Esta es la historia de Cocky Bennet, cacatúa, marinero, animal de compañía, atracción hotelera y viajero del tiempo. Hoy día, apenas se le recuerda, pero merece su pequeño homenaje, sobre todo porque Cocky habría sido mucho más feliz, ¿o no?, si lo hubieran dejado tranquilo en su nido aquella tarde de enero de 1796.

El día después de la muerte de Cocky, el periódico Sydney Morning Herald publicó su obituario:

A Venerable Cockatoo
“Cocky Bennet,” a sulphur-crested Australian cockatoo, died on Friday in his 120th year at Canterbury. This age is a record in longevity for an Australian parrot so far as the officials records are concerned. For many years this bird was in the possession of Mrs. Sarah Bennet, the licensee of the Sea Breeze Hotel, at Tom Ugly’s Point. When she left there, about 12 months ago, she transferred the parrot to her nephew, Mr. Murdoch Alexander Wagschall, at Woolpack Hotel, Canterbury. The old bird was absolutely featherless for the last 20 years, but it maintained its “patter” till the day before its death. “Cocky Bennet” was a great traveller, and is said to have journeyed seven times round the world. Mr. Wagschall has arranged to have remains of this historic parrot preserved by a taxidermist.”

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