Iggy & The Stooges vuelven a Sydney

Y la cacatúa me llevó al concierto de Iggy la Iguana. Iggy & The Stooges, para ser exactos.

imageEl 2 de abril de 2013 a las 8 de la tarde en el Hordern Pavillion de Sydney. Una noche muy esperada que empezó con una sala prácticamente vacía llenándose a cuentagotas y acabó abarrotada como una plaza de toros llena de gente sudada. Una noche en la que oí pero no vi, porque el recinto era tan pequeño y yo tan “vertically challenged” que apenas conseguí ver a Iggy dos o tres veces, y solo cuando Alexis me levantó en peso. Una noche en la que me habría gustado medir uno noventa y además volar para poder subirme al escenario y tener algo más de espacio para al menos pestañear. ¡Porque aquella noche éramos sardinas en lata!

imageLos teloneros fueron Beasts of Bourbon, un grupo australiano del que ya había oído hablar pero que nunca había escuchado. Y qué puedo decir: me dejaron con la boca abierta y con ganas de más. Seguramente tocaron una hora, pero les costó despegar y para cuando tenían al público hechizado, terminaron. A mí se me hizo poco.

Los Beasts of Bourbon llevan muchos años tocando juntos, desde principios de los años 80. Hace un tiempo se separaron y decidieron volver de gira este año por suerte para los que estuvimos aquella noche en el Hordern. Su estilo blues/rock particular y la potente voz y el carisma del “frontman” Tex Perkins cautivó a los pocos que no los conocían todavía y, para cuando ya estábamos cantando los estribillos de canciones como Let’s get Funky y I Don’t Care About Nothing Anymore, las bestias se despidieron. Una pena.

imageAunque luego recordamos para qué habíamos ido hasta allí: para deleitarnos con la iguana y sus secuaces, juntos de nuevo para éxtasis de sus fans en una gira interminable desde que decidieran volver a reunirse en 2003 (la banda se había formado en 1967). Porque a quién no le llena de felicidad ver a estos adolescentes de casi 70 años dejarse la piel cada noche en el escenario. Porque eso es punk. Porque tengo la sensación de que los nacidos a finales del siglo 20 nos hemos vuelto conservadores idiotas y aburridos. Ver en concierto a Iggy hoy en día es un auténtico placer y además, nada difícil porque siempre está de gira. Pero de él no diré nada más, porque sería repetirse. Ya saben, que James Osterberg Junior hizo un pacto con el diablo que le permite hacer lo que le da la gana y seguir vivo, ser un joven eterno y además inmortal. Y encima, sacar buenos discos y lucir tipín a los 66.

imageY para concluir esta semi-crónica (semi porque, como dije antes, oí pero no vi) diré que Alexis y yo lo pasamos en grande escuchando un clásico detrás de otro, con un grupo más que en forma, y que eso es lo que importa. Y que la próxima vez, me compro unos zancos para ver como es debido a mi frontman favorito de todos los tiempos.

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imageHe aquí el set list de la velada, al que sólo le faltó The Passenger para ser perfecto: Raw Power, Gimme Danger, Burn, Gun, 1970, Search and Destroy, Night Theme, Beyond the Law, Johanna, Kill City, Cock in my Pocket, I Wanna Be Your Dog y No Fun. Y para los bises, Penetration, I Got A Right, Your Pretty Face is Going to Hell y, por último, Open Up and Bleed.

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