Lo mejor del museo de la guerra de Australia: este árbol.
Y la cacatúa, ¡qué no falte!
El cañón que soñaba con ser telescopio.
Lo mejor del museo de la guerra: éste árbol y Alexis!
Vistas de Canberra desde el Australian War Memorial.
El museo de la guerra, Australian War Memorial, desde dentro. Es un mausoleo homenaje a todos los combatientes australianos muertos en las distintas guerras en las que ha participado el país. Recuerda al Taj Mahal.
Y esta es la lista de los soldados muertos adornada de tulipanes rojos, la flor del recuerdo. Y yo que creía que las “poppy flower” eran el símbolo hippy por excelencia!
Véase la lista entera de soldados australianos muertos. Me hace gracia la solemnidad del museo: primero los mandan a la guerra a morir y luego les levantan un tremendo monumento que los convierte automáticamente en héroes. Héroes muertos, vaya gracia.
La preciosa bóveda de la cúpula del Australian War Memorial. Puro pasteleo.
Más pasteleo: vidrios del mausoleo representando a soldados y enfermeras de la guerra. Muertos, supongo.
Mosaico.
Esto representa algo, pero no sé qué es.
Véase el vidrio de cerca. Los muertos son ahora santos.
Detalle.
Otro vidrio.
Bóveda.
Bóveda.
Lápida conmemorando a los soldados muertos.
Soldado.
Enfermera.
Mausoleo desde dentro.
Vistas.
Mausoleo y cúpula.
El museo nos dejó indiferentes. Quizás porque no sabemos lo que es una guerra ni lo que significa “morir por la patria”. Y esperamos no saberlo nunca!